“Nos hemos reunido hoy para celebrar la Pascua de nuestro párroco, amigo, confidente, acompañante, el padre Tojeira. Chema. Se fue intempestivamente, sin avisar. Lo que dice el evangelio: nos llaman cuando menos lo esperamos. Tenemos que tener la mochila lista y creo que la tenía al final, defendiendo el derecho a la justicia, el derecho de los pobres, de las mujeres, del medio ambiente”, dijo el padre Rodolfo Cardenal al inicio de la primera misa exequial en El Salvador en honor a José María Tojeira Pelayo, sacerdote jesuita español (naturalizado salvadoreño), académico y exrector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
La provincia centroamericana de la Compañía de Jesús comunicó su fallecimiento en Ciudad de Guatemala, el 5 de septiembre. Se encontraba ahí para dar una conferencia en la Universidad Rafael Landívar. “Se fue justo antes de llegar a la cátedra”, confirmó el padre Cardenal. José María Tojeira, “el padre Chema”, como era conocido popularmente en El Salvador, fue un religioso muy reconocido por su constante denuncia de las violaciones a los derechos humanos ocurridos en el país durante el conflicto armado y la posguerra. También por promover la justicia transicional, la protección al medio ambiente, y su crítica a la persecución religiosa y académica que había iniciado el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, particularmente su arremetida con la confiscación de la UCA en ese país en 2023.
Tojeira llegó a Centroamérica en 1969. Fue destinado por la Compañía de Jesús a Honduras con trabajos de apoyo a la comunidad religiosa. Fue párroco de Sulaco entre 1975 y 1976, y fungió como director de radio El Progreso entre los años 1976 y 1980, en donde hizo trabajos sociales con grupos de campesinos.
Desde 1985 el padre Tojeira había vivido en El Salvador. Se trasladó al país para cumplir como superior de los estudiantes de teología en la Universidad Centroamericana y fue nombrado provincial de los jesuitas para Centroamérica de 1988 a 1995. Tras el asesinato del rector de la UCA, filósofo y jesuita Ignacio Ellacuría, y el de otros cinco sacerdotes y dos colaboradoras el 16 de noviembre de 1989 al interior del campus, en el marco del conflicto armado, Tojeira asumió la rectoría de la institución. En esa época él vivía a 200 metros del lugar y logró escuchar los disparos. Nueve horas después del crimen contra sus compañeros, informó al entonces presidente derechista Alfredo Cristiani sobre los fuertes indicios que tenía de que el Ejército había sido el responsable de la masacre. Desde entonces su participación en la búsqueda por esclarecer los hechos y conseguir justicia fue constante.
En 1989, los fiscales que investigaban la masacre de los jesuitas consultaron a Tojeira en un momento en el que la Fiscalía sufría un sabotaje de su investigación. El padre convenció a los fiscales de convertirse en acusadores particulares en nombre de las víctimas. El 9 de julio de 2020, Tojeira testificó en el juicio de Madrid contra uno de los perpetradores del asesinato de sus compañeros, el coronel Orlando Montano, sobre sus múltiples reuniones y encuentros con autoridades e investigadores para que se esclareciera el caso. Denunció siempre la impunidad y el encubrimiento que el Estado salvadoreño garantizó desde el día uno de la masacre.
En agosto de 2017, Tojeira se presentó en la Asamblea Legislativa para proponer una Ley General de Aguas. Ante medios, evidenció su postura sobre el uso y administración de recursos naturales. "El agua es como el aire, es un bien público. No podemos administrar el aire privadamente". Desde diciembre del año pasado, Tojeira se pronunció en redes sociales contra la iniciativa gubernamental para reactivar la minería metálica en El Salvador.
La actitud crítica y activa de Tojeira en intervenciones públicas durante el primer periodo presidencial de Bukele, fue blanco de ataques por parte de aliados al oficialismo, incluida el propio presidente. En septiembre de 2020, durante una conferencia de prensa en la que arremetió contra defensores de derechos humanos, Bukele expuso al padre Tojeira en cadena nacional como un opositor, por una entrevista en la que diferenció la responsabilidad de los militares de la del expresidente Cristiani en el caso de los jesuitas.
Tras su fallecimiento en Guatemala, el 8 de septiembre se ofreció la primera de las misas funerales en la Universidad Rafael Landívar, el centro de estudio donde iba a dirigir una conferencia sobre teología. Fue repatriado a El Salvador el 9 de septiembre, para un día después iniciar con su velación en la parroquia El Carmen hasta su sepultura el día 11 en la UCA. Se oficiaron cuatro misas de cuerpo presente a lo largo de los días en los que sus restos fueron velados tanto en Guatemala como en El Salvador. Durante ese tiempo distintas organizaciones internacionales y agentes diplomáticos hicieron públicas sus condolencias a la familia y amigos del padre Chema, así como a la comunidad religiosa y universitaria de la UCA. Entre ellos la Embajada de España, de Chile, de Palestina, de Estados Unidos; la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el congresista James P. McGovern. El Gobierno de El Salvador, hasta el día de publicación de este ensayo fotográfico, no ha emitido condolencias oficiales ni ninguna postura sobre el fallecimiento del padre Tojeira. A petición de la diputada opositora de Vamos, Claudia Ortiz, la Asamblea hizo un minuto de silencio.
El último día de su vela y posterior entierro, cientos de personas se congregaron en la UCA a lo largo de la jornada. Docentes, religiosos, estudiantes, integrantes de medios de comunicación, obreros y campesinos presenciaron su sepultura en una procesión pausada y solemne. Hubo arreglos de flores, camisas con la estampa de Monseñor Romero, cánticos populares, oraciones y aplausos para despedir al sacerdote. La última romería del padre Chema hacia la parroquia Jesucristo Liberador, donde también están sepultados sus seis compañeros jesuitas asesinados en 1989, la hizo acompañado cientos de personas que le conocieron.
*Con reportes de Gabriel Labrador