Así lucen las fantasías de Bukele

Víctor Peña, Carlos Barrera y Daniel Reyes

Desde 2019, el presidente de El Salvador, que se reeligió inconstitucionalmente en 2024, ha ofrecido un crisol de promesas a los salvadoreños. Muchas de ellas están en sus inicios o a medio andar, como el tramo de la accidentada carretera de Los Chorros, el aeropuerto de La Unión o la renovación del Hospital Rosales.

Pero en otros casos, Bukele hizo promesas que simplemente no cumplió: construir una ciudad que se llamaría Bitcoin City que, según los videos y maquetas compartidos por su maquinaria propagandística, lucía como una ciudad de película de ciencia ficción y se abastecería de electricidad con energía geotérmica extraída del volcán de Conchagua. Era dorada la maqueta de la ciudad prometida. Pero ahí, lo que hay es lo que ya había: las faldas de un volcán. También prometió la construcción de centros culturales y educativos en antiguas cárceles de El Salvador; un hospital para niños con helipuerto; aumentar la pensión mínima; e incluso un tren que, en su primer tramo, recorrería desde San Salvador hasta Acajutla, en la costa occidental.

El Faro visitó algunos lugares en los que deberían existir instalaciones que Bukele prometió, pero que, hasta casi el primer año de su mandato inconstitucional, no han sido ni empezadas. La lógica es sencilla, pero contundente: si una mentira puede fotografiarse, es una gran mentira.

“Hoy cumpliremos una promesa que le hicimos a Chalatenango. Este día hemos iniciado con el cierre total y definitivo del Centro Penitenciario de Chalatenango”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter, el 26 de diciembre de 2019, cuando trasladaron a unos 600 reos hacia otras cárceles del país. Ese mismo día prometió sacar a toda la población penitenciaria y demoler la prisión para construir una sede universitaria para la zona norte de El Salvador. Un año después, el 27 de diciembre de 2020, dijo también que uno de los beneficios del presupuesto para el año 2021 eran decenas de millones de dólares destinados para la Universidad de El Salvador (UES), incluidas dos nuevas sedes: Chalatenango y Morazán. Desde entonces, la UES no ha parado de sufrir recortes. Esta fotografía fue realizada el martes 22 de abril de 2025. Solo hay escombros del antiguo centro penitenciario, en el barrio La Sierpe, en la ciudad de Chalatenango.

El Tren del Pacífico es una promesa de campaña que Nayib Bukele dejó por escrito en el Plan Cuscatlán, que presentó al país en enero de 2019, cuando era candidato presidencial por el partido Gana. En múltiples ocasiones, Bukele volvió a hablar del tren como algo que empezaría a construirse en breve. En octubre de 2019, ya presidente, hizo mofa de las antiguas vías del tren en desuso. En 2020, durante el discurso del 199 aniversario de independencia, volvió a referirse al Tren del Pacífico: “El ferri, nuestro nuevo aeropuerto en Oriente, el Tren del Pacífico, los nuevos hospitales, los nuevos campus universitarios. Algunas de estas cosas ya están en construcción”. Hasta la fecha no existe ningún avance de la obra en los tramos que recorrerían de San Salvador hasta Acajutla. En esta foto, tomada el 25 de abril de 2025, hace falta un tren, hacen falta unas vías.

(Photo: Carlos Barrera)Carlos Barrera
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En el lugar donde existía el penal de Metapán, miembros del Cuerpo de Agentes Municipales (CAM) se pasean para cuidar un parqueo y un agromercado que, según la gente local, funciona desde 2024. En Sonsonate, la fachada de la antigua cárcel sigue de pie. En el interior hay varios juegos mecánicos, ventas de comida y cerveza que llenan el lugar. Los vecinos se quejan. Cuando no hay juegos mecánicos, las personas utilizan el predio para emborracharse, orinar, defecar y fumar marihuana. En ambos espacios, el presidente Nayib Bukele prometió, en abril de 2021, construir infraestructuras culturales y educativas.

El 7 de septiembre de 2022, Bukele visitó el Complejo Educativo Dr. José Ciro Brito, en el municipio de Nahuizalco, Sonsonate, para supervisar las obras de construcción. Entre muchas promesas, Bukele mencionó la remodelación de 5,150 escuelas, mil por año, equivalente a dos por día. Dijo además que el proyecto sería posible gracias a fondos propios del Gobierno, del BCIE, del Banco Mundial y del BID. Entre muchos aplausos de los asistentes, el presidente también aseguró que entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023 estarían listos los primeros mil centros educativos que estaban totalmente financiados. La fotografía registrada en febrero de 2025 muestra las ruinas del Centro Escolar Cantón Tapalshucut Norte, en el municipio de Izalco, departamento de Sonsonate, abandonado desde hace un año, cuando comenzó su remodelación y fue abandonada. Los alumnos no estudian en ninguna escuela nueva, sino bajo una carpa de Unicef, a cien metros de ese lugar. Un informe del mismo Gobierno, señala que sólo se han intervenido 424 escuelas en cuatro años y no da detalles de a qué se refiere cuando dice intervenir.

El 22 de febrero de 2019, el reciente presidente electo Bukele publicó desde su cuenta de Twitter que cuando tuviera mayoría legislativa convertiría el nuevo edificio de los diputados en un hospital para niños con helipuerto. En las elecciones legislativas de 2021, el partido Nuevas Ideas logró una mayoría calificada con 55 diputados, capaz de tomar cualquier decisión. El 13 de junio de 2023, el bukelismo reformó la Asamblea de cara a los comicios venideros y, bajo un cálculo electoral, redujo los escaños legislativos a 60, de los que ganó 54, alcanzando una mayoría absoluta, incluso capaz de reformar la Constitución de un plumazo. Pero hasta abril de 2025, el hospital para niños con helipuerto no existe y el edificio que antes era de los diputados sigue siendo de los diputados, pero ahora de los diputados de Bukele.

El 9 de mayo de 2022, en su cuenta de X, Bukele publicó una maqueta dorada, acompañada de frases espléndidas: “La ciudad está avanzando maravillosamente; con puntos de referencia y todo. Y el aeropuerto. Y no, la ciudad no estará hecha de metal dorado. Esa es sólo la elección de color del arquitecto para el modelo de escala. La ciudad real será mayormente verde (árboles) y azul (mar)”, escribió. Esa misma publicación estaba acompañada de otras imágenes: un mirador desde el volcán, muchos árboles y la ciudad resplandeciente de noche. Bukele se hacía acompañar por el arquitecto mexicano, Fernando Romero. Todo eso pretendía ser Bitcoin City, frente al Golfo de Fonseca, en la ciudad de La Unión, la ciudad que sería abastecida con la energía del volcán de Conchagua y donde se minaría bitcoin y vivirían cientos de felices bitcoiners. Tres años después, en enero de 2025, cuando se tomó esta foto, abajo del volcán solo están sus faldas. Ni un bitcoiner. Ni una ciudad, ni verde ni azul ni dorada. Y el bitcoin ya no es moneda de curso legal en El Salvador.
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